La inseminación artificial es un tratamiento sencillo de reproducción asistida, consiste en la simple introducción de los gametos masculinos (espermatozoides) procedentes de la pareja o de algún donante, dentro del útero de la mujer.
Este proceso de inseminación artificial, es el más semejante al proceso natural y es una de las técnicas más sencillas, por lo que puede asumirse como una asistencia, más que una intervención. Una vez colocados los espermatozoides dentro del útero, estos deben seguir su recorrido natural por las trompas de Falopio, hasta llegar al óvulo maduro y fecundarlo de manera exitosa.
Lo primero que debe hacer la pareja es buscar asesoría profesional y el acceso a una prueba de fertilidad para ambos, es decir, tanto el hombre como la mujer. Esto permite descartar y dar un buen diagnóstico, que permita precisar una alta efectividad en el tratamiento, según sea la condición.
Al acudir a un centro médico de fertilidad, y comprobar que las condiciones para el embarazo y la gestación si están dadas, lo principal sería recibir recomendaciones o instrucciones que proceden con un tratamiento de inseminación artificial.
Las condiciones para que el tratamiento de inseminación sea factible, son:
- Trompas de Falopio permeables.
- Buena calidad seminal, en cuanto a morfología, movilidad y concentración espermática.
- Capacidad de ovular, sea espontánea o inducida.
- Edad inferior a 36 años
Sin embargo, para que la inseminación artificial sea exitosa, deben estar presentes otros factores, asociados a los puntos anteriores de la pareja y el tratamiento en sí.
Efectividad de la inseminación artificial
Según estudios y expertos en ginecología, las tasas de éxito en esta técnica de inseminación artificial, se encuentran entre un 18 y 20%. Esto quiere decir que varias ocasiones la inseminación artificial no logra ser del todo efectiva en el primer ciclo. Luego de varias sesiones o ciclos de inseminación artificial, es decir, a partir del segundo ciclo (por lo general se realizan entre 2 a 6 ciclos) se incrementa la tasa de efectividad (tasa acumulada) logrando un porcentaje del 45 al 50% de éxito.
Sin embargo para lograr estas tasas de éxito, existen ciertos factores negativos que influyen en el resultado, algunos de esos factores que se ven implicados en esta técnica serían:
Edad de la mujer:
Desde que nace, la mujer pierde una gran cantidad de su número total de óvulos, una condición totalmente natural. Y desde la primera menstruación, la mujer quedaría con apenas 400.000 ovocitos y en conjunto con esta perdida, sólo se dispondrán de unos pocos óvulos que llegan a su etapa madura. Esto significa que la mujer a partir de los 35 años tiene una significante disminución de hasta el 66% de las probabilidades de embarazo. Por ello se le realiza una evaluación de su reserva ovárica, de esa forma de establecer el grado fértil de la mujer, antes de comenzar el tratamiento.
Edad del hombre:
Aunque no se suele hablar del rol masculino en el proceso de inseminación, lo recomendable es que también se tome en consideración su edad, ya que un hombre mayor de 40 años, suele sufrir de una fragmentación o pérdida de calidad seminal, provocando roturas o lesiones en el material genético de los espermatozoides, obteniendo como resultado un gran porcentaje de infertilidad.
Alteración que cause el problema de fertilidad:
Las principales causas o alteraciones que afectan la fertilidad de la mujer son: alteraciones del ciclo menstrual, ausencia de ovulación, enfermedades o anomalías en las trompas de Falopio o del útero, endometriosis, el moco o flujo cervical que ayuda a los espermatozoides con su llegada al óvulo, estrés, trastornos o enfermedades graves, obesidad, anorexia o alguna otra causa de infertilidad no detectada.
Las principales causas que afectan la fertilidad del hombre: baja calidad seminal, factores hereditarios, oclusiones, trastornos hormonales, vasectomía, enfermedades infecciosas, varicocele, eyaculación retrógrada, diagnósticos seminales como la azospermia, oligospermia, astenospermia, teratospermia, peso, alteraciones de sexualidad y el estrés.
Cantidad de reserva ovárica:
Si el tratamiento lo realiza una pareja menor a 35 años, sabemos que la edad no debe ser problema, este punto está totalmente asociado a la edad de la mujer, ya que la reserva ovárica de una mujer entre los 20 y 30 años es totalmente funcional y menos limitada. A su vez, la reserva ovárica puede verse afectada por un mal estilo de vida; los hábitos tóxicos pueden reducir a cualquier edad, tus reservas y capacidades naturales para el embarazo.
Calidad espermática:
Para evaluar la cantidad existen los términos de volumen, concentración, morfología, cantidad y movilidad. Hoy en día es un factor muy atacado, debido a que la mayoría de los hombres cuenta con un sobrepeso significativo; también existe en el entorno químicos y materiales que fragmentan el ADN de los espermatozoides; por último, la calidad espermática puede verse afectada por los hábitos tóxicos, como lo son el alcohol y el cigarrillo.
De no verse afectada la pareja por la mayoría o alguno de estos factores, el tratamiento de inseminación artificial será ampliamente recomendado. Tomando en consideración tres ciclos de inseminación artificial, las tasas pueden representarse de la siguiente forma
Inseminación artificial IAD (Donante)
- Menos de 35 años: 28% de efectividad en el primer ciclo, 48% de efectividad en el segundo ciclo y 63% de efectividad en el tercer ciclo de inseminación artificial
- Entre 35 y 37 años: 25% de efectividad en el primer ciclo, 44% de efectividad en el segundo ciclo y 58% de efectividad en el tercer ciclo de inseminación artificial
- Entre 38 y 40 años: 20% de efectividad en el primer ciclo, 34% de efectividad en el segundo ciclo y 48% de efectividad en el tercer ciclo de inseminación artificial
- Más de 40 años: 9% de efectividad en el primer ciclo, 17% de efectividad en el segundo ciclo y 20% de efectividad en el tercer ciclo de inseminación artificial
Inseminación artificial IAC (Conyugal)
- Menos de 35 años: 16% de efectividad en el primer ciclo, 30% de efectividad en el segundo ciclo y 41% de efectividad en el tercer ciclo de inseminación artificial
- Entre 35 y 37 años: 15% de efectividad en el primer ciclo, 29% de efectividad en el segundo ciclo y 40% de efectividad en el tercer ciclo de inseminación artificial
- Entre 38 y 40 años: 14% de efectividad en el primer ciclo, 27% de efectividad en el segundo ciclo y 35% de efectividad en el tercer ciclo de inseminación artificia
- Más de 40 años: 5% de efectividad en el primer ciclo, 10% de efectividad en el segundo ciclo y 15% de efectividad en el tercer ciclo de inseminación artificial
Estos datos tienen como referencia el resultado de la hormona beta HCG, la cual se mide a partir de los 14 días de la transferencia, localizando el primer signo de una gestación. De ser positivo, es señal de que a partir de ese momento, la naturaleza sigue su curso y el bebé está en camino.
Fuente: Celagem.com